El proceso de congelación de los alimentos es un sistema muy eficaz para impedir el crecimiento de microorganismos, de esta forma, el alimento dura más tiempo en buenas condiciones. Gracias a la congelación, podemos conservar los alimentos sin afectar a propiedades como el sabor o la textura. Pero no es recomendable volver a congelar los productos una vez ya descongelados. Desde Marodi te contamos las razones y algunos consejos.
Tenemos que tener en cuenta que el proceso de congelación industrial no es el mismo que el casero. En el industrial, los alimentos se someten a grandes cambios de temperaturas en menos de 4 horas gracias a la ultracongelación. Además, la mayor parte de los patógenos no pueden desarrollarse por debajo de los 4ºC y los procesos de congelación se realizan a temperaturas de unos -18ºC. Y es muy importante tanto congelar bien los productos como descongelarlos en perfectas condiciones.
Razones por las que no congelar un producto descongelado
Cuando un alimento se congela, el agua pasa a ser hielo. El hielo ocupa más espacio que el agua, por lo que las paredes de las células del alimento se rompen. Si nosotros lo congelamos, sería de forma más lenta que una congelación profesional, por lo que se romperían más paredes de las células y se perderían propiedades. De forma profesional, el hielo no le da tiempo a crecer y no se rompen las células.

Pérdidas de nutrientes
Si nosotros congelamos un alimento, el agua que contiene se convierte en microcristales y estos rompen las estructuras de los alimentos. Por lo que al romperse el tejido, no es capaz de retener el agua esencial, que es la que contiene los nutrientes. Esta es una de las razones por las que no se debe congelar un producto ya descongelado, porque podemos hacer que nuestros alimentos tengan una gran pérdida de nutrientes.
Desarrollo de organismos
La congelación evita el desarrollo de microorganismos, pero estos vuelven a reproducirse cuando se descongela el alimento. Por lo que si volvemos a congelarlo, estaríamos guardando estos alimentos aún con más carga de organismos.
Pérdida de textura
Cuando descongelamos un alimento, este suelta el agua que no puede conservar, por lo que si volvemos a hacer el proceso de congelación y descongelación, estamos sometiendo el producto a muchos cambios y el resultado sería que el alimento estuviera muy seco.
Por todas estas razones, no se deben volver a congelar los alimentos. Aunque hay una solución, sabiendo que el calor intenso elimina la mayoría de los microorganismos, podemos cocinar los alimentos descongelados y una vez frío, volverlos a congelar.